Con la rinoplastia tenemos la posibilidad de cambiar su forma quirúrgicamente.
La rinoplastia es la cirugía que permite cambiar la forma de la nariz cuando nuestra nariz es muy grande y no nos gusta, o está deformada por algún golpe o traumatismo.
La nariz se divide estéticamente en la punta nasal y el dorso nasal, donde la punta es básicamente la parte que encontramos por encima de los agujeros y el dorso es la parte de la nariz que encontramos entre los ojos (lo que coloquialmente se denomina puente).
La punta puede ser redondeada, demasiado puntiaguda, cuadrada, muy salida, doble, torcida, bulbosa, etc. El dorso puede ser demasiado grande, en forma de "giba" o incluso demasiado pequeño.
Además hay un elemento que no se estudia tanto en la rinoplastia y que es fundamental para que el resultado sea perfecto: el tabique nasal. El tabique nasal es una estructura interna que sirve de base para toda la nariz. La mayor parte de las narices torcidas se deben a desviaciones internas del tabique, por eso si no se corrige el tabique sólo podremos corregir parcialmente la forma de la nariz.
TÉCNICAS
Para corregir la forma de la nariz hablamos fundamentalmente de dos grupos de técnicas: la rinoplastia y la rinoseptoplastia.
En la rinoplastia sólo cambiamos la forma de la parte más externa de la nariz: los huesos más externos y los cartílagos más superficiales. Son técnicas útiles cuando queremos pocos cambios y la base de la nariz es correcta. Permite una recuperación rápida y poca inflamación.
En la rinoseptoplastia damos forma a todas las estructuras de la nariz, tanto las más externas como las más internas. Es la cirugía que se necesita cuando queremos hacer cambios más importantes o cuando el tabique nasal está muy desviado y hace que la nariz se tuerza.
La rinoplastia acostumbra a utilizar técnicas cerradas, lo que significa que las incisiones van todas por dentro de la nariz.
La rinoseptoplastia acostumbra a utilizar técnicas abiertas, lo que significa que las incisiones se realizan por dentro de la nariz pero también una de muy pequeña fuera, a nivel de la columela.
La rinoplastia es una intervención que requiere una visita previa muy exhaustiva y larga. No sólo se tienen que determinar los defectos estéticos que puede tener una nariz, sino también las modificaciones que pueden afectar a la estética global y la armonía de la cara, así como la función respiratoria de la nariz. La nariz es un elemento central de la cara y sus modificaciones afectan mucho a nuestra imagen, por ello es obligatorio ser muy cuidadoso con el diagnóstico.
Las técnicas de rinoplastia son seguras y permiten buenos resultados.
Antes de la intervención será necesario realizar estudios preoperatorios para comprobar que el paciente está sano. Esto nos permitirá asegurar que durante la intervención no tendremos ninguna sorpresa. A veces también es necesario hacer un TAC nasal para ver como están las estructuras internas de la nariz.
La anestesia que se utiliza normalmente es la general, aunque en algunos casos también se puede utilizar la anestesia local con sedación.
La duración de la intervención de 1 a 2 horas.
Después de la intervención se colocan unos tapones nasales, unas tiritas y una férula nasal.
El alta del hospital se da el mismo día o al día siguiente, dependiendo del tipo de intervención que se haya realizado y de cada caso.
El postoperatorio es muy variable en la cirugía de la nariz, hay personas que padecen mucha inflamación y morados y otras que se recuperan muy deprisa.
Al contrario de lo que la gente piensa, el postoperatorio no es doloroso, y de hecho, son pocos los pacientes que requieren analgésicos al alta. En cambio si que se puede producir mucha inflamación, lo que puede requerir la utilización de antiinflamatorios.
De la clínica se sale con una tiritas que cubren la nariz y que se mantendrán durante 2 semanas aproximadamente; una férula nasal que cubre el área del dorso nasal, y que se mantendrá durante 1 semana aproximadamente y unos tapones nasales que se llevarán durante 24-48h.
La inflamación se mantiene durante unos 7-10 días, igual que los morados que pueden aparecer en las mejillas.
Se recomienda no practicar deporte durante el primer mes después de la intervención.
Ninguna cirugía está exenta de complicaciones, aunque la rinoplastia actualmente se ha convertido en una de las técnicas más seguras.
Cuando se sacan los tapones nasales existe el riesgo de que la nariz vuelva a sangrar. La solución a este problema es muy sencilla, se vuelve a taponar la nariz durante 24h más.
También hay riesgo de infección. El riesgo de infección se da sobre todo durante los primeros días, por ello es necesario tomar un antibiótico y hacer caso a las recomendaciones.
Otro riesgo de la rinoplastia es la cicatrización secundaria. La nariz está formada por tejidos vivos. Esto significa que un resultado perfecto se puede ir desviando con el paso de los días, e incluso, durante los primeros meses. Por eso es muy importante ir a los controles, para detectar de forma rápida los primeros signos de desviación de la nariz y poner remedio. A veces, estas pequeñas desviaciones pueden necesitar algún retoque pasados los primeros meses.